César Bono, por 75 años de vida

El actor mexicano César Bono celebrará 75 años de vida el próximo 19 de octubre y su mayor regalo es seguir trabajando sobre los escenarios teatrales, a pesar de tener poca movilidad en el lado izquierdo del cuerpo y una mano espástica, a consecuencia de los ocho infartos cerebrales que sufrió en 2018.

Hoy continúa protagonizando, como desde su estreno hace 24 años, el monólogo Defendiendo al cavernícola, que actualmente mantiene su temporada en el Nuevo Teatro Libanés.

Para Bono, más de dos décadas en esta obra y dos décadas en la serie Vecinos, en el personaje de Frankie Rivers, sólo reflejan “lo largo” de su edad.

Pues más bien lo que tengo muy largo es la edad. Ya los proyectos donde estoy, pues ya tienen muchos años como tengo yo muchos años de vida también”, dijo el actor en entrevista.

¿Descansar o parar está en su vocabulario? Así respondió.

 Alguna vez le escuché a un compañero que para descansar y para dormir tendremos mucho tiempo y sí pienso yo así. Si tengo la capacidad de seguir trabajando, digo, a pesar de los problemas que tengo de movilidad hoy por hoy, pues voy a hacerlo hasta que ya de plano no pueda más. Por el momento sí gozo mucho tanto el teatro como la televisión”, enfatizó el también actor de cine.

En tanto, en Defendiendo al cavernícola recibe ovaciones de pie y carcajadas a lo largo de cada función, lo cual es un alimento para su alma.

Cuando salgo al principio de la obra, después del video, es un gran alimento, pero ¿sabes qué es un gran alimento en lo personal? Cuando te dicen ‘gracias’, porque cuando una persona dice ‘gracias’ es que seguramente recibió algo”, destacó el partícipe en la serie Cecilia y Betty en NY.

PRIMERO LA LITERATURA, LUEGO LA ACTUACIÓN

El nacido en 1950 en la Ciudad de México, quien dobló la voz de Mate en la franquicia de películas animadas Cars y recreó a César Ramírez en Mi secretaria, se enamoró de la lectura previo a su anhelo por actuar.

Antes de la actuación, me enamoré de la literatura. Me leía cosas, casi siempre, recomendaciones de mi madre, que le gustaba mucho leer y me decía: ‘mira, César, ve lo que dice aquí el autor’. Y ya sabes, me daba a leer, no sé, dos o tres renglones, no todo el libro, pero eran partes muy claves del libro y pues, ya después de leerlas, lo único que hacía era estar esperando que soltara mi madre el libro para leerlo yo. Así se me abrió esa puerta de la literatura y el teatro es un libro escenificado. Primero me enamoré de los libros y luego del teatro.

Luego también tuve al hermano de mi madre. Ellos son catalanes los dos y él vino a México, llegó primero a Cuba, y luego vino con una compañía que estaba presentando El Tenorio. A ese tío, el tío Armando, lo vi nada más actuar una vez en el teatro, pero me acuerdo que sí fue una impresión muy grande ver que tocaban la puerta de la escenografía y que el que entraba era mi tío”, recordó César Bono acerca de sus primeros acercamientos a la actuación a partir de lo que leía y veía a su alrededor.

También tuvo referencias de Delia Magaña, la actriz y comediante del cine mexicano mejor conocida como La Tostada, que era amiga de una tía paterna e iba mucho a su casa para platicar cosas del cine.

Pero, sobre todo, hubo otro momento que lo encaminó a la actuación.

Tuve, en la colonia Nápoles, un amigo que me duró hasta hace poquitos años, que era el señor Ignacio Merino Lanzilotti, dueño de la Carpa Geodésica que está en San Ángel. De chavito le dijo su papá: ‘oye, ¿y tú qué quieres ser de grande?’. Y él le dijo: ‘yo quiero escribir teatro’. Y le dijo el papá: ‘¿ah, si?’. Entonces le hizo un teatro en un terreno que tenía en la calle donde vivíamos, la calle de Milwaukee. Eso me impresionó muchísimo. El que tiene el apoyo del padre incondicional para el hijo que le gustaba al teatro.

Con él debuté en teatro y en cine con Preludio en 3 El Lobo estepario, que fue a concursar a Europa. Tendría yo como 15 años. También hice teatro experimental con Ignacio, palabra que se ponía para dividir lo profesional, que era cuando cobrabas, de lo experimental, cuando no cobrabas y lo hacías por gusto.

Luego supe que en Defendiendo al cavernícola, la traducción es de su sobrino, Eric Merino. Estuvimos (Ignacio) y yo junto más de 60 años. Así que primero fueron los libros y luego esa amistad que me dio los primeros trabajos”, dijo.
Su primera obra también fue con este amigo, en las calles de Cuernavaca.

Era la época de los hippies y yo salí declamando, pintado con el cuerpo de colores muy llamativos, fucsia, naranja y amarillo. Entré porque le quedó corto el espectáculo a Ignacio y él sabía que me gustaba mucho la poesía, así que me dijo: ‘di alguna poesía’ y lo hice. Fue mi primera vez en el teatro, en una calle de Cuernavaca, en un collage de música, teatro y poesía”, rememoró.

SUS TRABAJOS MEMORABLES

En cine, entre los títulos más emblemáticos en los que ha participado están Mecánica nacional (1972), Los albañiles (1976) y Picardía mexicana (1978), por mencionar algunos.

Mecánica nacional considero que tiene algo muy importante no en mi carrera, sino en el cine nacional, porque fue la primera vez que Sara García salió diciendo palabrotas. Ella era la abuelita del cine nacional y ahí el señor (Luis) Alcoriza le puso algunas palabras con las que llamó mucho la atención.

Fue una película que gustó muchísimo, que aportó mucho al cine hecho por (el español) Luis Alcoriza, quien trabajó mucho tiempo con Luis Buñuel. Eran refugiados españoles los dos, igual que mi madre. Es una película que gustó mucho”, señaló Bono.

El actor recordó la obra de teatro La isla, junto a Sergio Jiménez, como una de las historias que dejaron huella en su trayectoria. Pero fue la obra Malcolm contra los eunucos, de 1973, dirigida por Alejandro Bichir, padre de los hermanos Bichir, la que le marcó pauta, pues fue una de las más premiadas ese año y visibilizó su trabajo.

En esta última compartió creditos con Héctor Bonilla, Fernando Balzaretti, Octavio Galindo y Rosalba Brambila, con una historia que siguió a Malcolm Scrawdyke, un personaje “hitleriano” que planea su venganza contra la autoridad creando el Partido de la Erección Dinámica con sus tres acólitos.

Fue con ese trabajo que comenzó el dominio de la comedia.

Era un melodrama, pero tenía momentos de comedia muy buenos, con unas risas que llegaban hasta los aplausos. Estuvo muy bien dirigida. Antes de hacer esa obra, pedía trabajo constantemente y la gente no me lo daba, porque no sabían cómo trabajaba. Es difícil decir ‘ya estudié la carrera de actor, dame trabajo’. Pero cuando hago esa obra me dieron dos premios. A la gente a la que le había pedido trabajo, como que dijeron ‘este chavo no es tan malo como imaginábamos’ y luego me dieron trabajo, entre ellos el señor productor Raúl Astor”, reveló.

Fue entonces cuando entró a la televisión con el programa de revista Los días felices, de una marca de pañuelos, llevando la parte de la comedia.

De ahí también hice La familia Burrón en la que hacía yo El Tejocote, el hijo pelirrojo que, para no pintarme el pelo, me pusieron una peluca horrorosa, pero con esa la hacía, porque no me quise pintar el pelo, y mi mamá en el programa era Leonorilda Ochoa, a quien quise y admiro mucho hasta la fecha.

Luego hice un programa con Angélica María y Juan Calderón que se llamó Arriba el telón. O sea, una vez que empecé en tele, hasta Vecinos, no he dejado de hacer tele. No creo que haya mucha gente que haya hecho más unitarios que yo”, señaló quien fue parte de títulos como Hogar dulce hogar y Noches tapatías, entre muchos más.
Hoy sigue siendo Frankie Rivers en Vecinos, un personaje que siempre quiso ser director de cine, como alguna vez él también lo deseó.

Fue lo que me llevó a estudiar actuación (ser director). Fíjate que me equivoqué en el sentido y dije: ‘si voy a ser director de cine, primero tengo que saber de actuación, porque voy a dirigir actores’. Pero no es así. O sea, tú puedes estudiar cine sin ser actor. Pero pues yo no estaba tan empapado del medio y entonces me metí a la escuela de teatro para luego ir a estudiar cine. Pero no se dio lo del cine y ya me quedé trabajando como actor”, acotó Bono, quien sí logró dirigir proyectos en televisión y ganó un concurso de teleteatros.

Si me invitaran a dirigir algo, lo haría, pero estoy muy contento trabajando como actor. Realmente estoy seguro que esa es mi vocación”, concluyó.

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